Las parejas que logran sobrellevar la fase anterior llegan a lo que se conoce como etapa profunda de apego
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Es irracional: no acepta lógica o razones ni argumentos que pongan en evidencia las deficiencias o las limitaciones de la relación.
De nuevo, contar con el apoyo de un consejero, así como con un sistema de apoyo de familiares y amigos, puede ayudarte a tener claridad y fortaleza durante este tiempo.
La burbuja del romance y el enamoramiento ha estallado o ya no es impenetrable, y los conflictos se hacen más habituales.
Tras el periodo de conocimiento, la pareja se afianza y se empieza a proyectar una vida común con los proyectos y objetivos de cada uno y se toma la decisión de convivir.
Surge la necesidad de incorporar al hijo como un nuevo miembro del sistema common, dando lugar a un subsistema dentro de la familia.
En todo caso, la fase profunda del apego es aquella en la que se solidifican los motivos para continuar una relación. Ya se ha dejado atrás la fase del enamoramiento, de apego temprano y de crisis; sin que esto implique que se hayan olvidado.
Los problemas no han de faltar, pero la pareja ya es capaz de afrontarlos y asimilarlos en un clima de aceptación, de comprensión y de autenticidad.
La confluencia es la respuesta compensatoria a la soledad existencial que deja la ruptura con el padre y la madre, fenómeno típicamente adolescente.
Esta etapa puede generar una reevaluación de la relación y un redescubrimiento mutuo. Se presentan oportunidades para explorar intereses individuales y compartir nuevas experiencias como pareja.
Una vez más, es necesario reajustar las relaciones con las familias de origen para integrar roles view publisher site parentales y filiales sin interferencias ni intrusiones.
Se adaptan a nuevas circunstancias, roles y desafíos a medida que avanzan juntos en su viaje. La flexibilidad y la capacidad de ajuste se convierten en habilidades clave para mantener una relación saludable y satisfactoria a lo largo del tiempo.
La fase de compromiso aparece cuando han transcurrido más de dos años, al atravesar las etapas previas, han aprendido a resolver problemas, a expresar los sentimientos, a generar acuerdos, a trabajar personalmente y en conjunto, a reconocer los defectos de la otra persona, saber que el cambio en planes o acuerdos es normal, por lo que en la fase de compromiso se desarrollará un compromiso más profundo.